sábado, 28 de diciembre de 2013

SUBRAYANDO OBRAS LITERARIAS : MEMORIAS DE ADRIANO / MARGUERITE YOURCENAR




Por Marcial Báez

Es difícil seguir siendo emperador ante un médico, y también es difícil guardar la calidad de hombre. El ojo de Hermógenes solo veía en mí un saco de humores, una triste amalgama de linfa y de sangre. Esta mañana pensé por primera vez que mi cuerpo, ese compañero fiel, ese amigo más seguro y mejor conocido que mi alma, no es más que un monstruo solapado que acabará por devorar a su amo. Haya paz… amo mi cuerpo. (Pág. 9).

Pero de todos modos he llegado a la edad en que la vida, para cualquier hombre, es una derrota aceptada. (Pág. 10).

Comer un fruto significa  hacer entrar en nuestro Ser un hermoso objeto viviente,, extraño, nutrido y favorecido como nosotros por la tierra; significa consumar un sacrificio en el cual optamos por nosotros frente a las cosas. Jamás mordí miga de pan de los cuarteles sin maravillarme de que ese amasijo pesado y grosero pudiera transformarse en sangre, en calor, acaso en valentía. (Pág. 13).
El verdadero lugar del nacimiento es aquel donde por primera vez nos miramos con una mirada inteligente; mis primeras patrias fueron los libros. Y, en menor grado las escuelas. (Pág. 34).
… no estoy seguro de que el descubrimiento del amor sea por fuerza más delicioso que el de la poesía. (Pág. 35).
Siempre agradecer a Scauro que me hiciera estudiar el griego a temprana edad. Ame esa lengua por su flexibilidad de cuerpo bien adiestrado, su riqueza de vocabulario donde a cada palabra se siente el contacto directo y variado de las realidades, y porque casi todo lo que los hombres han dicho de mejor lo han dicho en griego. (Pág. 35)
… busqué la libertad más que el poder, y el poder tan solo porque en parte favorecía la libertad. No me interesaba una filosofía de la libertad humana (todos los que la intentan me hastían) sino una técnica; quería hallar la charnela donde nuestra voluntad se articula con el destino, donde la disciplina secunda a la naturaleza en vez de frenarla. (Pág. 41).
Tan pronto un objeto me repugnaba, lo convertía en tema de estudio, forzándome hábilmente a extraer de él un motivo de alegría. (Pág. 42).

Un bello rostro me con quisto. Me enamore de un jovencito que también había llamado la atención del emperador. La aventura era peligrosa y la saboreé tal. (Pág.48).

La moral es una convención privada; la decencia, una cuestión publica; toda licencia demasiado visible me ha hecho siempre el efecto de una ostentación de mala ley. (Pág.91).

En vida siempre hay alguien pronto a reprocharnos nuestras debilidades. (Pág. 93).

La fortuna de un muerto esta ala abrigo de los reveses; hasta sus derrotas adquieren un esplendor de victoria. (Pág. 93).

Tengo que confesar que creo poco en las leyes. Si son demasiado duras, se las transgrede con razón. Si son demasiado complicadas, el ingenio humano encuentra fácilmente el modo de deslizarse entre las mallas de esa red tan frágil. El respeto a las leyes antiguas corresponde a lo que de la piedad humana tiene de más hondo; también sirve de almohada a la inercia de los jueces. Las más remotas participan del salvajismo que se esforzaban por corregir; las mas venerables siguen siendo un producto de la fuerza, la mayoría de nuestras leyes penales solo alcanzan por suerte quizá, a una mínima parte de los culpables; nuestras leyes civiles no serán nunca lo suficientemente flexibles para adaptarse a la inmensa y fluida variedad de laos hechos. Cambian menos rápidamente que las costumbres; peligrosas cuando puedan a la zaga de estas, lo son aún más cuando pretenden precederlas. Toda ley demasiado transgredida es mala. (Pág. 96).

Casi todos los hombres se parecen a ese esclavo; viven demasiado sometidos, y sus largos periodos de embotamiento se ven interrumpidos por sublevaciones tan brutales como inútiles. (Pág. 97).

Pero Epicteto renunciaba a demasiadas cosas, y yo no había tardado en darme cuenta de que nada era tan peligrosamente fácil como renunciar. (Pág. 120).

Por aquel entonces empecé a sentirme dios. No vayas a engañarte: seguía siendo, más que nunca, el mismo hombre nutrido por los frutos y los animales de la tierra, que devolvía al suelo los residuos de sus alimentos, que sacrificaba el sueño a cada revolución de los astros, inquieto hasta la locura cuando le faltaba demasiado tiempo la cálida presencia del amor. (Pág. 121).

… me ofrece un don necesario para morir en paz, me devuelve una imagen de mi vida tal como yo hubiera querido que fuese. Arriano sabe que lo que verdaderamente cuenta es lo que no figurará en las biografías oficiales, lo que no se inscribe en las tumbas, sabe también que el transcurso del tiempo no hace sino agregar un vértigo más a la desdicha. (Pág. 222)

Está sobrentendido que un emperador solo se suicida si se ve obligado por razones de Estado. (Pág.223)

Sudamericana Planeta. Printer Colombiana Ltda. Primera impresión colombiana 1984. 273 págs.

RECONOCIMIENTO / Reseña de José Antonio García (“Freddy”)


 Luisa García.

Reconocimiento hecho por la Iglesia de los Santos de los Últimos Días.

Nace un 25 de octubre de 1958 en La Colonia, camino al Cacao, San Cristóbal. Hijo de la señora Suna García, carismática de la iglesia católica. Cuarto de 5 hermanos: Marino, Domingo, Miguel  Ángel  y María (La Negra).
  
 En sus primeros años en La Colonia (Cambita) estudia en la Escuela La Cabilma, su primer profesor fue el señor Meléndez de quién conserva buenos recuerdos.

Entre 1968 y 1969, se muda a Pueblo Nuevo, siendo su familia parte de los fundadores del barrio.


Un niño, según sus  palabras, que no era tranquilo, “mi mamá me dio muchas pelas”, revoltoso, inquieto, de mucho movimiento. Él mismo se puso el nombre de Freddy al escuchar que un primo hermano se llamaba así,  le gustó y de ahí en adelante ha sido su nombre, eligió a su padrino y se bautizó en la iglesia de Cambita.

En el 12 de Haina estudió en el Hogar Escuela Santo Domingo Savio, como interno con los sacerdotes salesianos desde el 1ro al 8vo grado. Como estudiante, lo pasan de 1ro a 3ro y de 3ro a 5to, lo que sabe de letras y matemática, nos cuenta, lo aprendió hasta el 8vo grado, era una escuela rigurosa. En esos años tuvo la intención de entrar al seminario de los sacerdotes Salesianos. Entra al Liceo de Lava Pies Francisco J. Peynado entre  1975 y 1976, haciendo un bachillerato comercial.

No cree que haya sido buen estudiante, se define como normal, un estudiante esforzado y curioso.

Estando en el liceo, en 1978, se examina en el Américo Lugo para ser maestro pero, al abatir al país el huracán David, en  1979,  cierran la escuela por lo que vuelve al Liceo y termina el bachillerato, regresa a la Escuela Normal Américo Lugo  y en 1980 se gradúa de Maestro Normal Primario. Nombrado por primera vez en la Escuela Monte Largo, la Pared de Haina, luego pasa como docente en la Escuela Anexa Américo Lugo, donde dura once (11)años. También fue Orientador en el Liceo Nocturno Manuel María Valencia y en el Liceo de Haina.


Su  madre tenía sus esperanzas puestas en él y en su hermano militar pero muere el día que recibió el 1er cheque en 1980.

 Vida social

Una vida de luchador social, del medio ambiente, con Jorge Güigni prepara comparsas de dimensión social y de protesta (1988/89).


Vida deportiva

Jugó Fútbol en el 12 de Haina, fue presidente del Club  Acción Progresista de Pueblo Nuevo en Baloncesto Superior, ganando por primera vez el torneo de Baloncesto Superior,1991.

Vida de Revolucionario
Entre el 1985 y 1986 entra al Instituto Preparatorio de Menores  (Reformatorio). Siendo profesor del Américo Lugo, se despierta en él el sentimiento social, se inclina por la lucha en defensa de los pobres, en contra de la corrupción, con un sentimiento revolucionario y social, inicia una lucha sin cuartel defendiendo el medio ambiente y a los pobres.


Vida política
Entra a la vida política activa en 1980, apostando a la doctrina  marxista, fue miembro  un movimiento llamado “6 de noviembre, dirigido por el gran luchador social, del medio ambiente y por los y las pobres Doctor Manuel Antonio Nina(Pacholy),a quien admira, entre 1992 y 1993. En 1994 es candidato  a síndico con todos los partidos de izquierda, por el Miuca y el Nuevo Poder. Fue miembro del Partido de la Liberación Dominicana, desde 1980 hasta 1992, conoció al profesor Juan Bosch.

Ya en el 2000, se inscribe en el Partido Revolucionario Dominicano y sale electo vicepresidente del partido por la provincia de SC; siendo  miembro del equipo que dirigió la campaña electoral del ex presidente  Hipólito Mejía en el año 2000. Dirigió el Sector Externo del PRD. Llega a ser miembro del Comité Central del Partido Revolucionario Dominicano, sirviendo como  Ayudante Civil de la presidencia en este gobierno. Así como Vice-presidente del PRD.

Se siente hijo del Presidente Ingeniero  Hipólito Mejía Domínguez, ha aprendido mucho de su sencillez y  humildad, seguidor de Hugo Chávez,Che Guevara, Mandela,  Lula Da Silva, Evo Morales, Fidel Castro y, José Francisco Peña Gómez y aunque parezca contradictorio, admirador de Barak Obama a quien  le tiene  respeto político.

Seguidor del Padre  Luis Amigó, fundador de los Capuchinos,  de Don Bosco, María Auxiliadora, La Virgen de la Altagracia, el Papa Juan Pablo II, San Ignacio de Loyola y de la Madre Teresa de Calcuta. Le conmueve la lucha social y religiosa, “Su oración y su misa es la obra”, cree que más  que hablar es hacer.


Entre 1980 y 1983 estudia Psicología y cuenta en con una Maestría en Educación.

Es  conferencista internacional a través de la Organización para el Fomento del Desarrollo del Pensamiento, OFDP, con sede en Puerto Rico, cuya misión principal es  promover el desarrollo humano integral y el desarrollo de destrezas, fomentando el pensamiento reflexivo, crítico y creativo en la población a través de la educación. Ha dictado conferencias en Aruba, Venezuela, Colombia, Puerto Rico, Brasil, México. En el país ha participado como ponente en el congreso internacional “Encuentro de Educación y Pensamiento”, organizado por la OFDP.

En psicología es seguidor de Sigmund Freud, Jean  PiagetLev Semiónovich Vygotsky, y Don Eugenio María de Hostos.


Luego de 33 años de vida dedicada a la enseñanza, se jubila en junio de este año sin divorciarse por completo de la vida académica.

Es  docente en el Instituto Especializado de Estudios Superiores Loyola y director de la Oficina de Extensión y Servicios  de la institución, es docente en  la Universidad Eugenio María de Hostos (Extensión San Cristóbal).Fue miembro Consultor  del equipo del Nivel Medio que diseño el Curriculum de la Educación Dominicana, siendo la líder del equipo doña Ligia Amada Melo de Cardona, contratado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), 1989-1993.Siendo un miembro activo del equipo del Plan Decenal de Educación.


Vida familiar

En 1985 se casa con la Licenciada Josefa Ramírez con la que ha tenido 29 años de matrimonio y con la que ha procreado tres hijos:
1.      José Antonio, “Anthony”, ingeniero en Electrónica  con una  maestría realizada en España.
2.      Jhommy Alfry, abogado, con Maestría en Derecho Internacional, así como experto en Diplomacia.
3.      Aldry de Jesús,  Ing. en Sistemas.

Sus hijos son apegados a su madre quien es maestra,33 años en Educación, jubilada, con una Licenciatura en Contabilidad, 100% apegada a la familia, mujer delicada y dedicada.

Su familia admira en  él su condición abnegada de servir a los demás, humildad, honestidad, compañerismo, civismo y compromiso extraordinario por las causas sociales. Como padre ha cultivado en sus hijos la verdad y la puntualidad, dado que siempre les  ha enseñado que todo el tiempo es valioso.

 Se describe como una persona complicada, difícil, enredada, pero considera que es esa misma personalidad la que le ha ayudado a mantenerse. Aún siendo difícil, la gente le llega, no es encerrado, sobre todo con los pobres. “Hay que hacer lo que se dijo que hay que hacer”, es uno de  sus lemas.


Todo el mundo piensa que es una persona difícil,  no se lo  dicen pero, eso es lo que él piensa,  se considera un líder con esa actitud, “todo lo cuestiona, todo lo revisa”.

domingo, 8 de diciembre de 2013

EL ORIGEN DE LA ABSTRACCION



Carmen Rocamora

La Historia del Arte se sitúa a Kandinsky como pionero de la abstracción, entre los años 1909 y 1912. El soporte filosófico-cultural del momento, buscaba una base común, para los diferentes conocimientos. En el plano científico se acaba de descubrir la desintegración del átomo. En el mundo de la música, Shonberg había roto con la armonía tradicional, liberando el sonido del orden tímbrico y ofreciendo un lenguaje atonal, que recibió el n hombre del Método Dodecafónico. En el filosófico Woringer, explicaba la angustia del momento, como síntoma del desacuerdo entre el hombre moderno y la naturaleza, producto de la espiritualidad en la que el ser humano se refugiaba aterrorizado por el inmenso caos del panorama mundial.
Y es en este entorno, cuando la historiador del arte le resulta atractiva la desconexión de la pintura con la realidad, la primacía del color sobre la forma y la eliminación de las leyes de la perspectiva; una palabra, la aparición de la abstracción, considerando a Kandinsky como el gran creador de esta genialidad, en el mundo del arte.

La anécdota, inventada o real, servirá para cerrar el círculo de este planteamiento histórico. Se contaba que el pintor tenía la costumbre de recubrir el lienzo  con una tela blanca, mientras trabajaba en su elaboración. Un día, entrando en su estudio, al atardecer, vio que aquella tela, mancha de blancos, rojos, azules y amarillos, adheridos al azar, presentaba propiedades expresivas y estéticas por si mismas, sin que hubiese mediado un acto volitivo por parte del pintor. A partir de ese momento, Kandinsky tratara de explicar al mundo su visión sin perspectiva de la pintura y su anulación del principio de representación, proclamándose ante todos, como descubridor de la abstracción a través de sus libros titulados: “De lo espiritual en el arte”, “La pintura como arte puro”, y “el punto y la línea en el plano”.
Sin embargo  yo considero que la abstracción se había descubierto tiempo atrás, bajo presupuestos más vitales que teóricos, pues la historia teje sutiles argumentos, de manera que, al cabo de algún tiempo, la leyenda oscurece la verdad, y nuestra noción de algunos personajes corresponde más a la invención de un autor, que a la autentica realidad.
Hay que retroceder por el túnel del tiempo, para encontrar el verdadero nacimiento de la abstracción. Su origen está en Chelsea, Londres, y su creador, un Turner que próximo a la muerte, se instaló a vivir con la mrts Booth, su ama de llaves, en un pequeño apartamento, ocultando su verdadera identidad, y asumiendo para sus vecinos la personalidad de Mr. Booth.
Para el crítico Hazlitt, las obras desde este momento son “autenticas perspectivas aéreas”. Para la Literary Gazette, “sus cuadros, se diría que estaban hechos arrojando puñados de pintura sobre tela, donde se adherían al azar, sombreando a posteriori sus contornos”. Y para os demás contemporáneos, resultaba incomprensible que Turner tuviese que indicar como colocar sus cuadros en las exposiciones, para determinar dónde estaba la parte de arriba y donde la de abajo…

“La noche del diluvio”, “El paisaje con agua”, “El río y la bahía en la lejanía”, “La tempestad en el mar” y otros muchos lienzos mas, que decoran la Tate  Gallery de Londres, demuestran como decía Goethe en el Tratado de os colores, que el cromaticismo, sin necesidad de formas, produce en el ser humano una impresión particular, generada por las sensibilidades y la mirada, conjuntamente.

¿Qué mas justificaciones se necesitan para busca el origen de la abstracción?

Sin embargo, no había llegado el momento. La historia no estaba preparada para ello, ni el espectador podía comprender tanta audacia e invención.

La pintura de Turner fue duramente criticada, las revistas especializadas hablaban del caos que reinaba en sus cuadros, y lo confuso e sus temas fue objeto de desprecio e incomprensión.

Su principal crítico y amigo, Ruskin, considero que la vejez y la enfermedad denotaban una paleta con falta de precisión en el trazo, y que el exceso de alcohol había deteriorado su salud y su trabajo.

Turner no quiso que Ruskin viese sus últimos dibujos… éste, los seguía comprando sin el conocimiento de aquel.

 Por otro lado, Monet, anciano ya en el año 1914, se retira a su casa de Giverny, donde siguiendo la luz, se dispone a realizar su última serie, “La ninfeas”, que abre definitivamente para el mundo el camino ade la abstracción.

El maestro ya no ve, y por ello tiene que reinventar la realidad, extrayéndola de su propio sueño, inspirándose en el misterio de los espejismos que recuerda y evoca. La síntesis entre su ojo y su cerebro no existe ya, pero su valor poético subsiste, y así, sus telas convertidas en composiciones cada vez más informes, dan lugar a esta última serie, para algunos alejada de sus obras maestras del pasado; para mí, las más apasionadas del anciano de Giverny, en las que demuestra que la luz y el color, más allá de sus posibilidades figurativas, son una pura fantasmagoría lumínica, producto de las sensaciones que el artista siente ate la naturaleza…

El creador del impresionismo, al final de su vida, gracias a su incapacidad y a su ceguera, fue sin el saberlo, el creador de algo que iba a deslumbrar a la generación posterior, siendo la gran revolución del siglo XX… ¡nada menos que la abstracción! Colosal! lección de Monet, que consigue recrear su universo a través del recuerdo y de la memoria.

Sin embargo, La Historia del Arte, siempre recelosa ante todos los movimientos de vanguardia de este siglo, no estaba aún preparada para comprenderlo, y no aceptarlo.


Bellas Artes. Belart. No 46 Año 6.Madrid.

EN NAVIDAD APLIQUEMOS LAS BIENAVENTURANZAS



Marcial Báez

En este tiempo donde lo mundano con su aparatoso sistema capitalista distrae el verdadero sentido de lo que debería se la Navidad: celebrando que CRISTO nace en nosotros para vivirlo en todo el año litúrgico, profundizando en los personajes de Isaías, Juan el Bautista y la Virgen María, para tomar conciencia plena de que EL VIVE, les invito a que apliquemos las BIENAVENTURAZAS: las ocho bendiciones con que el Salvador dio principio al Sermón de la Montaña ( Mateo, 5 ) y cuya aplicación nos tiene asegurado el camino a la salvación :

Felices los pobres de espíritus, porque de ellos es el reino de los cielos.
Felices los mansos, porque poseerán la tierra.
Felices los que lloran, porque recibirán consuelo.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Felices los misericordiosos porque alcanzaran misericordia.
Felices  los que tienen el corazón puro, porque ellos verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán reconocidos hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por causa del bien, porque de ellos es el reino de los cielos.

Raymundo Savard MSC, en una acertada explicación que hace de una de las mismas, nos presenta lo que muchos no quieren escuchar, donde la dejadez toma la delantera y la verdad desnuda retumba en nuestros oídos al  expresar que “somos haraganes. No nos gustan los esfuerzos prolongados. Buscamos soluciones fáciles. Quitamos la vida, engañamos, robamos en vez de buscar la unión y utilizar todas las fuerzas vivas de que pueda disponer la patria".

Es mucho más fácil robar y engañar que sentarse a conversar, más fácil que hacerle entender al otro que los bienes materiales tienen que ser útiles a todos los ciudadanos del país.

Es mucho más fácil quitar a una persona del medio que hacer los esfuerzos para que llegue a ser útil a la patria.

Es mucho más fácil cancelar a una persona que buscar la manera de entenderse con ella.

Es mucho mas fácil “ callar” a los que piden justicia que hacer justicia.

Es mucho más fácil amontonar riquezas que compartir con los demás.

Es mucho más fácil dar una limosna que pagar un salario justo. Más fácil organizar un baile  “ beneficio” que  ayudar a la gente a desenvolverse sola, sin ayuda paternalista.

Es mucho más fácil ponerse del lado de algunos fuertes y privilegiados que ayudar al gran número de los desfavorecidos.

Es mucho más fácil hablar de desarrollo que hacer que todos se liberen de ataduras que impiden ese desarrollo.

Es mucho mas fácil decir que el país progresa que trabajar para que el progreso llegue  a cada ciudadano.

Es mucho mas fácil hablar de orden y de paz que hacer los cambios que procuren la paz”.

Hagamos un esfuerzo, pensemos en nuestros semejantes para que unidos podamos llegar a Dios y El nos permita tener una comunidad mas progresista, donde los verdaderos valores morales y cristianos sean el estandarte de todos.


*El Periódico, San Cristóbal, R. D. Del 23 de diciembre al 10 de enero de 1996. Pág. 15.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

UN AÑO QUE FINALIZA Y OTRO QUE VIENE EN CAMINO



Ligia Minaya
Denver, Colorado

Este año que va camino a cruzar la frontera te irá dejando huellas. Si tienes que curarlas, cúralas. 
Si quieres que florezcan, riégalas con afectos. Mira hacia adelante, hacia el año que viene, y pon en esa agenda lo pasado, lo presente y tu futuro.

Recuerdo, cuando era niña (hace ya cuchumil años), al llegar el 31 de diciembre, tía Julieta me decía, este año se va a morir y sonreía, y a mí me daba mucha pena. ¿Morir? Pero si me daba la seguridad de que continúa. Todavía creo que un año, aunque termine, no muere. Lo hará en el calendario. Sin embargo, uno continúa paso a paso con el otro. Esto así, creo yo, porque nuestros días siguen en proporción de lo que deseamos, de lo que nos hizo bien o lo que nos hizo mal, de las metas que todavía no alcanzamos y, aunque este año finalice, continuamos dando pasos hasta alcanzarlas. También el día a día continúa. Seguimos trabajando, vigilando a nuestros hijos, adorando a nuestros nietos, besándolos, riéndonos de sus travesuras, visitando al médico, leyendo los periódicos, escribiendo y una larga pila de cosas y cositas que van de un año a otro y a otros, sin cortar, sin olvidar, sin dejar a un lado, sin dejar de hacer.

Por eso, en estos días de mucho frío, recordando y reflexionando, aquí en Denver, recuerdo lo que me decía Martha Beato: "Haz una lista de lo que hiciste, de lo que te falta por hacer y de lo que todavía quieres hacer. Escribe lo tuyo, lo privado. Lo que quieres para los tuyos. Lo que viene en camino y estás esperando". Y así lo he hecho cada año. Es como una oración, no importa en lo que creas, si eres católico, evangélico o de cualquier otra religión. Una oración puede no tener nada de religión. Es pensar, reflexionar, desear lo mejor, y si lo haces en el corazón de alguna religión, es igual, da el mismo resultado. Así tendrás un manantial de dicha. Tomarse unos minutos en silencio, en soledad, en un rincón, caminando en el parque, es apegarse a la vida. No importa si estás pasando un mal momento. Esto te ayudará como una medicina.

Mira dentro de ti. Ahí está lo que quieres y lo que no quieres. Los dolores de un corazón herido y la risa de un recuerdo que canta a la alegría. Está la familia, los amigos y amigas, los conocidos, la imagen de las personas que ya no te quieren y las que tú tampoco quieres. Este año que va camino a cruzar la frontera te irá dejando huellas. Si tienes que curarlas, cúralas. Si quieres que florezcan, riégalas con afectos. Mira hacia adelante, hacia el año que viene, y pon en esa agenda lo pasado, lo presente y tu futuro. Así, cuando finalice este año que comienza, volverás sobre tus pasos y verás lo conseguido, lo dejado a un lado, lo que todavía te falta por alcanzar. Es que si la Madre Naturaleza hizo la tierra redonda, dando vueltas día a día, mes a mes, año a año, así es la vida: vueltas, vueltas y vueltas, y nunca llegarás al final, pues aunque cruces la frontera de la vida, seguirás viviendo en el recuerdo de los tuyos.

Es lo que hoy estoy haciendo, querido lector, estimada lectora. Si quieres hacerlo, me parece bien. Si no quieres hacerlo, respeto tu decisión. Recuerdo siempre que "El respeto al derecho ajeno, es la paz". Una frase del político mexicano Benito Juárez.


www.diariolibre.com. Saudaces / 09 nov 2013.

JULIAN DOMINGUEZ/ PINTURA CON AUTENTICIDAD



Jenni Brito

Nacido en España, Barcelona, en un pueblo tranquilo, de pescadores y de industriales, llamado San adrian de Besos, Julián Domínguez desde pequeño reflejo sus inclinaciones artísticas. En su pueblo natal aprendió diversas técnicas artísticas y artesanales, trabajando como ebanista, dibujante y pintor, experiencia que más tarde le ayudaría a crear grandes obras de arte.

Casado con una dominicana, llega al país, específicamente a San Cristóbal en 1995, donde ha tenido el placer de ejercer sus tres pasiones, pintar, leer y escribir.

SU arte utiliza la madera del árbol de tilo, el  barniz y la química de colores en sus diferentes grados como materiales principales. Pintar con madera e una combinación de marquetería y pintura, donde los colores puros de la madera deben ser cuidadosamente combinados para lograr efectos de perspectiva, volumen, luz y sombras”, nos comenta. Si vida de artística en el país la inicio en el año 2000 con una exposición en la que fue artista invitado.

Julián Domínguez es un artista plástico atípico, cuya originalidad lo ha llevado a recibir grandes elogios y reconocimientos, tales como: artista Plástico más destacado en el 20004 que le otorgaron los Premios Arte y Cultura Fradique Lizardo.

“En su obra, Julián Domínguez ha sustituido el lienzo por laminas de madera preciosa y en lugar de oleo o acrílico utiliza el pigmento puro haciendo uso de la alquimia, transformando el color en poesía”. Kirsys Ángeles.

Desde su llegada al país, ha estado involucrado en distintas actividades sociales, siendo presidente de la Junta de Vecinos de su sector por varios años y perteneciendo también a la Asociación de Artistas Plásticos de San Cristóbal.


Con bastante sencillez, nos dice, que solo realiza un trabajo bastante manual y laborioso y que se siente sumamente bien con la acogida que le ha brindado el pueblo dominicano y en especial el de San Cristóbal, ya que le han hecho sentir como en su natal España.

“Pienso y siento como español, pero sufro y quiero a este país, como cualquier dominicano bien nacido y tengo mucho que agradecer a amigos y artistas plásticos”, nos comenta.

Julián Domínguez, también gusta de la Literatura y se encuentra escribiendo su primer libro que de seguro mas adelante lo dará a conocer.

Indiscutiblemente por más palabras que utilicemos para describir la técnica utilizada por este arista en sus obras de arte, la mejor forma de entenderla es solo cuando la tenemos justo en frente.

Sabor a Pueblo. Ww.saborapueblord.com. sabor.pueblo@gmail.com

sábado, 26 de octubre de 2013

PALABRAS DE JOSÉ MÁRMOL EN LA GRADUACIÓN DE BACHILLERES TÉCNICOS DEL INSTITUTO POLITÉCNICO LOYOLA, EL 26 DE OCTUBRE DE 2013, SAN CRISTÓBAL, R.D.


Buenas tardes. Un honor para mí compartir con ustedes, señores directivos de este importante centro académico, profesores, graduandos, estudiantes, familiares y amigos, algunas ideas acerca de la Importancia de la lengua y la literatura en el perfil de un bachiller.

Quisiera, antes de entrar en materia, agradecer al padre José Rafael Núñez Mármol, cariñosa y familiarmente conocido como el padre Chepe, rector de este Instituto Politécnico Loyola, así como al licenciado Pedro Hernández, director de Bachillerato Técnico, por la gentil invitación y por el privilegio que me brindan de poder dirigirme a esta audiencia, en el marco de un momento de tanta importancia en la vida de los jóvenes graduandos y sus familias.

Asimismo, quisiera aprovechar este momento inicial para extender una cálida y sincera felicitación, como también un entusiasta y merecido reconocimiento a los jóvenes graduandos que hoy alcanzan un peldaño más en el difícil, muchas veces tan precario  trayecto de la formación profesional, peldaño sin el cual no podrían insertarse dignamente en el proceso productivo o continuar otros niveles académicos de formación, para, de esa manera, contribuir al necesario mejoramiento de su calidad de vida y las de sus familiares, y al impostergable proceso de desarrollo económico, institucional y social de nuestra nación. La imperiosa tarea de construir un mejor país se encuentra en una disyuntiva: o lo hacemos ahora o no lo podremos hacer nunca. Ustedes, la juventud, son la piedra angular de esa inaplazable empresa nacional.

Hablar acerca de la importancia de la lengua, es decir, de nuestro idioma, y de un producto suyo, la literatura que a partir de nuestra lengua se escribe, se cultiva, implica la necesidad de combatir algunos mitos, algunas acepciones erróneas; es más, implica derribar algunos prejuicios, de los que solo voy a señalar algunos.

El primer prejuicio es el de creer, y es una falsa creencia tanto de profesores como de alumnos, que la lengua materna es una asignatura más dentro del currículo escolar. No es así. La lengua materna, su aprendizaje y su correcto uso constituyen una necesidad existencial, una razón vital, un vínculo de raíz con una cultura, una sociedad, una historia y un modo de pensar, de sentir y de ser específicos. La lengua es, lo han dejado claro los lingüistas, semiólogos y los filósofos del lenguaje, un sistema de símbolos, ciertamente. Pero no un sistema de símbolos cualquiera, sino, el mayor, el lenguaje de lenguajes, el que sirve para poder interpretar, estudiar y conocer los otros lenguajes.

Por eso a la lengua se le llama sistema interpretante, mientras que a los demás lenguajes, como la música, la pintura, las matemáticas y demás, se les llama sistemas interpretados. De ahí que también la lengua sea definida por Emile Benveniste, un maestro de la lingüística del siglo XX, como el significante mayor de una cultura. Y la cultura, ¿qué es? En efecto, un sistema de símbolos, tanto materiales como espirituales, en el que la lengua, el idioma en que nos comunicamos, el habla natural de las comunidades y sus variantes sociolectales, que sirve de materia prima a la literatura, juega un papel preponderante.

Existe una relación de primer orden entre lenguaje, entendido como capacidad general de comunicación entre animales, entre seres humanos y el mundo que nos rodea, o bien, la realidad. Por eso Ludwig Wittgenstein, el gran filósofo vienés del lenguaje afirmó, en una de sus tantas sentencias afortunadas, que “Palabras son hechos”. Asimismo, el filósofo antiguo Platón, en su diálogo “Crátilo”, en el que conversan Sócrates, Hermógenes y el propio Crátilo acerca de la naturaleza del lenguaje, deja establecido tres fundamentos esenciales a lo que hoy es la lengua como sistema de símbolos que son el consenso, el uso y la significación de los nombres de las cosas o palabras. Esta reflexión primigenia establece ya una relación entre lenguaje y realidad, en cuyo trasfondo se encuentra, además, el eje entre la verdad (alétheia) y la falsedad (pseûdos), dos aspectos que serán esenciales para diferenciar luego la obra literaria como ficción del documento científico natural o la historia como verdad. Pero, lo interesante en Platón es haber llegado a la conclusión de que lo que da nombre a las cosas es el pensamiento. Luego, queda aquí establecido el vínculo indisoluble entre palabra, pensamiento y realidad, más allá de que, en términos filosóficos, se tenga razón o no en pensar que el nombre sea o no una manifestación de la cosa. Lo que resulta indiscutible es el hecho de que la adquisición y dominio de una lengua implica conocimiento y dominio de la realidad.

Es importante que entendamos el hecho de que al tener dominio de una lengua, por ejemplo, de la lengua española como lengua materna para nosotros, estamos asumiendo que ella, como significante mayor de nuestra cultura, nos permite a su vez tener dominio sobre nosotros mismos como personas y también poder interpretar el mundo y la realidad que nos rodean. De ahí que mientras más conocimiento yo tenga de las propiedades simbólicas y lógicas de mi lengua, al mismo tiempo, no solo podré comunicarme mejor con los demás, podré escribirla y hablarla de manera más adecuada o correcta, sino que también tendré un mayor autoconocimiento o conocimiento claro de mi propio yo, de mi persona, y también, podré tener una mayor comprensión de mi sociedad y mi mundo, como del conjunto de objetos naturales y artificiales que me rodean y de las leyes mismas de la realidad. Por eso, queridos jóvenes graduandos, la lengua tiene una importancia mucho mayor que la de una simple asignatura más en el currículo escolar. Y de ahí que aprenderla bien, dominarla bien, conocerla bien constituya una tarea de primer orden en nuestro proceso de formación académica y profesional, no importa si vamos a dedicarnos a la literatura, las artes, las ciencias naturales, las matemáticas, la filosofía, la tecnología o las ciencias naturales. En la medida en que poseo mi lengua me poseo a mí mismo sugiere el gran poeta Pedro Salinas en su hermoso discurso “Aprecio y defensa del lenguaje”, dictado en la Universidad de Puerto Rico, en 1944, durante su exilio caribeño.

Mi lengua es, pues, el más brillante estandarte de mi cultura. En cuanto la conozco a ella, me conozco yo. En cuanto la aprecio y valoro a ella, me aprecio y valoro yo. En cuanto la cultivo a ella, me cultivo yo en pensamiento, en riqueza espiritual, en capacidad o competencia para comunicarme con mis iguales y en posibilidad de desarrollo material mío, de los míos y de mi sociedad. La instrucción eficaz, desde la niñez, para los hombres y mujeres de la nueva realidad que en un mundo globalizado vive nuestra sociedad, debe tener como cimiento mayor el de la enseñanza de la lengua materna. Recuerdo a este propósito un pensamiento del más grande de nuestros humanistas de todos los tiempos, Pedro Henríquez Ureña, que sostiene: “Sigo impenitente en la arcaica creencia de que la cultura salva a los pueblos. Y la cultura no existe, o no es genuina cuando se orienta mal, cuando se vuelve instrumento de tendencias inferiores, de ambición comercial o política, pero tampoco existe y ni siquiera puede simularse, cuando le falta la maquinaria de la instrucción. No es que la letra tenga para mí valor mágico. La letra es sólo un signo de que el hombre está en camino de aprender que hay formas de vida superiores. Y junto a la letra hay otros, también seguros: el voto efectivo, por ejemplo, o la independencia económica” (En la orilla. Mi España, México, 1922, citado por Soledad Álvarez, La magna patria de Pedro Henríquez Ureña, 1981). Noten cómo nuestro insigne hombre de letras establece, con meridiana claridad, la relación entre educación o instrucción, letra o lengua, pensamiento humanístico, vida en democracia e independencia económica o desarrollo económico y social de los pueblos, sobre todo, teniendo siempre muy claro que el ideal de justicia se antepone al ideal de cultura como lo expresó en su visión utópica de América.

Es en la lengua, en el idioma donde se cristaliza nuestro modo de ser, de pensar, de comunicarnos, de crear y de sentir. El habla, ha dicho el filósofo existencialista Martin Heidegger, es la morada del ser. En la oralidad, que es la materialización del acto de hablar, descansa la esencia de la lengua en uso, del lenguaje cotidiano, de la forma instrumental de la lengua para la comunicación. Aprender bien la lengua es la puerta para conocer, en sus fundamentos y leyes, la naturaleza, la sociedad y la cultura. Mientras más reducido, mientras más limitado es mi léxico o cantidad de vocablos con que puedo nombrar las cosas y entidades abstractas,  más limitado es mi conocimiento del mundo, de la naturaleza y del ser humano. Mientras menos competencias lingüísticas desarrolle un individuo, menores serán sus posibilidades de pensar, de razonar, de conocer. Además, más bajo será el vuelo de su espíritu y mucho más estrecha e inoperante será su concepción del mundo y del tiempo que les ha tocado vivir.  

El dominio de la lengua equivale al dominio del acto de pensar. Y si bien sirve para la comunicación, no es la lengua un simple medio de comunicación, “sino la expresión del espíritu y la concepción del mundo de los sujetos hablantes”, subrayó en 1827 el humanista alemán von Humboldt. He aquí pues, la base para la construcción del puente entre lengua y literatura, por cuanto, el arte de escribir literariamente envuelve en su génesis el acto de pensar. Una obra literaria, aunque hiervan en ella las pasiones y las emociones, es el resultado de la articulación pensada de las posibilidades creativas o imaginativas de una lengua. La literatura va mucho más allá del entretenimiento del lector, hasta llegar a convertirse en una travesía, en un viaje imaginario que, afincado en las propiedades expresivas y estéticas de la lengua, hace de la imagen un concepto y de la palabra un pensamiento.
Adentrarse en una obra literaria, sea una novela, un cuento, un ensayo, un poema, un drama, en fin, significa penetrar las entrañas de una sociedad, una cultura, una época, un estadio de la misma lengua y la forma de pensar e imaginar de un individuo que ha sido el autor de la obra. La creación literaria tiene en la lengua, como materia prima, una entidad viva, cambiante, evolutiva. Es por ello que la imaginación literaria reta siempre la relativa rigidez de los estadios descriptivos de una lengua, y a veces, muy a su pesar, le incorpora nuevas palabras, nuevos giros expresivos, nuevos sonidos y nuevos sentidos, para hacerla más abarcadora en su relación con el mundo concreto y más rica en su propio acervo y su linaje cultural.

En la cultura y la sociedad globalizadas de hoy, estamos compelidos a cuidar y defender nuestra lengua de las amenazas de sus propios procesos degenerativos y del impacto mismo de lenguas extranjeras. No podemos cerrarla a cal y canto, pues, el comercio y la cultura planetarios destrozarían ese vano intento. Pero, sí debemos mantenerla fresca, viva en sus esencias y sus raíces, aunque se abra cada vez más al intercambio con las demás lenguas del mundo, y aprenda de ellas, y de esa forma nos permita enriquecernos espiritualmente. Sin embargo, debemos mantenernos vigilantes ante las agresiones que la vertiginosidad de los artefactos o dispositivos tecnológicos dirigen contra las normas de nuestra lengua materna. Esas degeneraciones idiomáticas propiciadas por el iPhone y el BlackBerry son sinónimo de empobrecimiento espiritual y de estrechez mental. La civilización se ha construido a través de los cimientos de las palabras. Y cada palabra tiene un origen, una raíz, una historia, que bien puede evolucionar al abrirse, como una ventana franca, al mundo exterior, a la globalización posmoderna.



Lo que no podemos aceptar es la fiesta deficitaria del lenguaje viral del presente, que piensa más en el límite de los caracteres en sí mismos, antes que en el lenguaje como límite de las posibilidades de conocimiento e interpretación del ser humano y del mundo. La lengua es la depositaria por excelencia de la historia de la civilización. La literatura es, pues, al mismo tiempo, una aventura de la lengua y del pensamiento. Les invito, queridos graduandos, a retomar o fundar en ustedes el hábito de la lectura, sea en los libros convencionales de papel, en las tabletas o en los ordenadores. No importa el soporte, lo que importa es que asuman la lectura como un acto de expansión del conocimiento y del espíritu.

No quisiera concluir esta intervención, sin que hagamos antes una reflexión de orden ético, que atiene de manera troncal al individuo de la sociedad universal actual; pero, muy especialmente, a la juventud de nuestro país. Ustedes son la encarnación presente de las esperanzas del mañana, de un futuro más promisorio, justo, solidario y humano para todos los dominicanos. Así como tenemos una responsabilidad ante el reto de cuidar y defender nuestra lengua y nuestra cultura, también somos responsables ante la necesidad de contener, a toda costa, las fuerzas reactivas, vergonzantes y antidemocráticas que vienen atentando contra la honestidad y la decencia en nuestra sociedad, confundiendo a las masas por medio de discursos demagógicos, populistas y falsarios, que tienen un solo propósito: el del enriquecimiento ilícito para provecho propio, en detrimento de los derechos del pueblo y de su posibilidad de vivir en condiciones más dignas, menos inhumanas y precarias y orientadas hacia un mejor porvenir.

Si no nos unimos, persona a persona, hogar por hogar, familia por familia al llamado ético de detener y denunciar el latrocinio y la corrupción que han gangrenado los cimientos morales de nuestra sociedad y de sus estamentos jurídicos, políticos e institucionales, entonces, asistiremos, tristes y derrotados, al lamentable sepelio de nuestro porvenir como nación y de la viabilidad inmediata de nuestro Estado y sus derechos y bienes conquistados. Piensen en ello, y piensen en la inutilidad de cuanto, con esfuerzo, con sacrificio y con honestidad han logrado obtener hasta hoy como individuos y como sociedad; ustedes que hoy alcanzan el peldaño del bachillerato técnico, piensen para qué habrá servido, si lo único que tendremos por delante serán el abismo social y la incertidumbre existencial.

¿Qué derecho tienen los que con sus actos vergonzosos cotidianos, en el supuesto nombre de la patria y de la autoridad pública, amenazan la paz social y debilitan el tejido gregario y la institucionalidad en nuestro país; qué derecho tienen a arrebatarles a ustedes vilmente la aspiración a un mejor futuro y a la dignidad como conquista del bien común? ¿Qué derecho tienen ciertos falsos dirigentes, salvo honrosas excepciones, a tratarnos como ciudadanos ingenuos y dóciles, como tontos, mansos y útiles a sus propósitos viles, como si no fuésemos dueños de un pensamiento, un sentimiento, un derecho inalienable a la dignidad y el bienestar y un inmenso deseo de soñar en un país libre de toda escoria seudodemocrática, protegida por un manto indecoroso de impunidad, atropello y poder mercurial? No hay derecho. Pero, si no actuamos para contener ese tsunami de populismo barato y de distracción demagógica, en los que se afanan en hacer perpetuos ciertos personajes de la vida pública y privada, entonces, seguirán construyendo un edificio de impunidad en su propio favor y nos arrebatarán el derecho al imperio de la ley, del decoro y la decencia. Ojalá que la confianza depositada por la sociedad en la renovación del Estado y el adecentamiento de las instituciones del país, propio de los últimos catorce meses, no sea defraudada una vez más.

En ustedes descansa, queridos y admirados jóvenes, si es que nuestras fuerzas presentes se agotaran, el deber de salvar la supervivencia ética de nuestra sociedad y de sus instituciones públicas y civiles. Este es un mayúsculo desafío que las nuevas fuerzas de la nación no pueden eludir. La lengua y la literatura, junto a todas las otras manifestaciones del arte y del pensamiento, aunque no lo parezcan, forman parte de los valores y el legado institucional y democrático que debemos salvar del abismo, el desconcierto y la putrefacción.
Que no les falten ni la inteligencia ni el coraje, y que los profundos cambios hacia una sociedad con mayor equidad social y con mayor respeto a la ley y a la vida que desde ahora ponemos en sus manos, no se hagan esperar un día más.


Muchas gracias.